jueves, 11 de octubre de 2007

¿Por qué mienten los niños?

Esa frase que dice "los niños siempre dicen la verdad" no siempre es cierta, porque algunos pequeños sí mienten y a veces demasiado


Para el psiquiatra estadounidense Arnold Goldberg, mentir es una parte natural del desarrollo mental del niño y ciertas mentiras son positivas porque así aprenden que los adultos no lo saben todo. A los seis años el pequeño ya es capaz de distinguir entre la verdad y la mentira, pero no sabe muy bien que mentir no es bueno.

Sin embargo, si tu hijo es muy pequeño, es peligroso que se dé cuenta de que alterando la realidad obtiene un beneficio, porque así aprende a decir mentiras para evitar sus responsabilidades, y de adolescente engañará para probar sus propios límites y salirse con la suya.

MENTIRAS SIN IMPORTANCIA

Para mentir, el niño tiene que tener una intención:

• Fantasear: Los pequeños de tres a cinco años suelen confundir la realidad con la fantasía cuando juegan y les gusta inventar historias.
• Llamar la atención: Casi todos los niños hacen “fanfarronadas” para exagerar sus logros.
• Evitar un castigo: Si el pequeño rompe algo y dice que fue su hermanito, es una forma de salvarse de la situación.

ENGAÑOS TRASCENDENTALES

Mentir sin ninguna razón sí es preocupante, sobre todo cuando el niño miente desvergonzadamente en lo más evidente. Los pequeños que engañan frecuentemente son mentirosos crónicos y tienen más probabilidades de ser mitómanos con una pérdida de la realidad cuando sean adultos.

El motivo de las mentiras infantiles frecuentes es que el niño tiene problemas de autoestima, debido a unos padres con unas expectativas poco realistas sobre sus posibilidades como niño. "Los niños mentirosos crónicos no se sienten a gusto consigo mismos", afirma la doctora estadounidense Carolyn Saarni. Siempre debes preguntarte qué está haciendo que tu hijo mienta, porque es posible que esto se origine en las exigencias excesivas de sus padres.

LA MENTIRA ES UN SÍNTOMA

Los engaños del pequeño son un arma que él tiene para triunfar en una situación inesperada, pero siempre nos habla de un problema psicológico de fondo, de que algo anda mal con la familia, porque la mentira tiene más que ver con el entorno que con la intención del pequeño:

• El niño tímido que se evade al sentirse desamparado.
• El niño agresivo y colérico que no encuentra la reacción adecuada.
• El niño temeroso que trata de huir del peligro.
• El niño vengativo que busca desquitarse.

GÁNATE SU CONFIANZA

Es necesario que hables con tu hijo y le expliques los beneficios de la verdad, la honradez y la confianza. Háblale también de que las consecuencias de la mentira y el engaño son crear desconfianza en los demás, perder su credibilidad y sentirse mal consigo mismo:

• Explícale a tu pequeño que mientras diga la verdad, no sufrirá ningún castigo. Sin embargo, si ya lo has castigado demasiado por decir mentiras o por no haber estado a la altura de tus expectativas, es muy difícil ganarte su confianza.

• No dejes pasar su mentira, pero tampoco lo castigues. Pregúntale por qué mintió y dale confianza para que explique sus razones. Lo ideal para que aprenda a decir siempre la verdad es que no lo castigues. Enséñale que es más valioso decir la verdad que evitar el castigo.

• Felicítalo cuando afronte y reconozca la verdad a pesar de saber que a sus padres no les va a gustar. Si lo reprendes al haber dicho la verdad, no le estás enseñando el beneficio de ser honrado.

• Para evitar que recurra al engaño, créale un ambiente de autenticidad donde lo importante sea la coherencia, sinceridad, aceptación plena, tolerancia y libertad. Enseña con tu ejemplo, no digas mentiras ni las justifiques, sino desapruébalas. Sólo puedes combatir la mentira si educas a tu pequeño con comprensión, franqueza y confianza mutua entre padres e hijos.

• Si los padres reaccionan con explosiones exageradas, regaños, castigos o amenazas, el niño será el primer sorprendido por la magnitud de sus mentiras, descubrirá que tienen un enorme poder y las dirá de nuevo.

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